Mi alegre madre amante de la naturaleza

Capítulo dedicado a Segundina Ángeles de Pablo, residente en Residencia Margarita Retuerto - Madrid

Autora: María Esther Deibe de Pablo

 

Era una mujer activa y muy trabajadora, amante de los animales. Siempre los rescataba ella misma de las calles y los cuidaba hasta llegar a viejos. Hoy en día aún yo misma su hija tengo 6...  Amaba a su nieto y fue una mujer alegre, con malas pulgas jeje, pero muy alegre, deportista, que trabajaba en el Consejo Superior de Deportes como telefonista durante la gran parte de su vida; en el INEF. Me crié allí con ella, con grandes atletas. También fue costurera modista, de las mejores que conozco. Su vida transcurrió criándome ella solita. Éramos las dos y los peludos; después llegó mi hijo y nos cuidó a los dos y nosotros a ella. La echo tanto de menos que no se cómo dejarla ir... 

Amante de las plantas y toda la naturaleza, elegante, le gustaba bailar y la música. Se casó dos veces, una con mi padre y otra más adelante pero nunca fue feliz en sus matrimonios, ni en la vida en general ya que ésta la trato muy mal. No disfrutó de casi nada... Solo su chalet, sus animales, su nieto y sus colecciones...., hasta que cayó enferma y nada volvió a ser igual... Yo enfermé a causa de ello también y se la llevó el Samur Social... Jamás me la devolvió la Agencia Madrileña de Tutela de Adultos (AMTA) y por más que luché para poderla sacar a la calle nunca me atendieron.

En la residencia vivía, ahí, desde 2016 pues el 3 de abril de ese año yo caí enferma y se la llevó el Samur Social, Apuntaron que era indigente —la sacaron de mi casa con un montón de testigos, entre ellos mi propio hijo—. Estuve 5 días en el Hospital la Paz. Después de ahí empezó la pesadilla con AMTA... Una pesadilla que duró 4 años hasta que falleció encerrada sin volver a ver la calle nunca más. AMTA no me respondió a las llamadas y peticiones de sacarla a pasear en los 4 años que estuvo encerrada entre cuatro paredes, esperando un traslado de residencia a una de la Comunidad. Gracias a Dios se quedó en una del ayuntamiento donde podíamos vernos cuando quisiéramos y comer juntas en el salón de todos sin horarios... Me la encontraba triste siempre pues pensó que yo la había abandonado y no entendía por qué no la sacaba de allí. Yo ya no sabía que decirla porque ella no entendía que sucedió... Y sigo esperando los papeles del juzgado que jamás me entregaron, ni sus informes médicos, ni sus objetos personales, Nada de ella me queda. Me lo quitaron todo de ella, y a ella también.... Ojalá hubiera podido explicarle que hacia allí y sobre todo ojalá ella hubiera podido disfrutar de la vida tras su jubilación como era su sueño... Nunca lo consiguió, no se lo permitieron... Te amo mamá.

Soy TCAE en una residencia de la Comunidad de Madrid del AMAS. Cuando llegó la parte fuerte de pandemia llevaba un mes sin verla. Quería evitar, por prevención, poder contagiar a mi madre. A pesar de que con el cansancio y el poco dinero no podíamos ir a menudo a visitarla. Un sábado que me decidí, superando mis prevenciones, a verla, no sabía que hubiera sido el último sábado de nuestra vida juntos los 3, Llegué muerta de cansancio a casa y la dije que iria el domingo. Ese mismo domingo, en mi trabajo, me enteré que cerraban las puertas a familiares y ya desde entonces nunca más pude ir a verla y apenas podíamos hablar; o no funcionaba el teléfono o ella no estaba bien... ¿Cómo iba a estarlo si pronto se contagió del Covid19? Mi madre nunca fue diagnosticada. Nunca la hicieron pruebas; jamás miraron que ella y sus compañeros de residencia debían estar a salvo... Ella se contagió. La contagiaron dentro de esa residencia. Falleció sin respirador por no ser candidata a UCI, en un hospital al que la mandaron para morir directamente. Falleció por Covid19 en el Hospital de La Princesa el 31 de Marzo de 2020. Soy una de las querellantes llamadas por el juzgado el día 20 de enero 2021 a las 13 horas. Y sí. Quiero justicia.

Nunca olvidaremos su sonrisa, su buen humor, su carisma, su elegancia, su cariño a los animales y la naturaleza general, sus consejos, sus enseñanzas, sus cuidados, su vitalidad, su solidaridad, su entereza, su fuerza. A toda ella jamás se la puede olvidar.